viernes, 25 de mayo de 2012

El Orden lógico de Dios en las Obras


El Orden lógico de Dios en las Obras


En el evangelio vamos a encontrar un orden para hacer las cosas, invertirlas sería un error de práctica y por supuesto de desagrado a nuestro Dios de Orden. Conozcamos el orden lógico de las cosas que Él nos pide que sigamos.

PRIMERO DEBEMOS ESTAR EN PAZ CON LOS HERMANOS 
Mt. 5:24  Deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.

El Señor Jesús enseñó que antes de presentar alguna ofrenda en el altar estemos plenamente conscientes que no tenemos ninguna enemistad con algún hermano, y que si al momento de estar en su presencia presentando la ofrenda el Espíritu o la conciencia nos recuerdan de algún pendiente con algún hermano dice que dejemos la ofrenda en el altar, no dice que la regresemos o que nos la llevemos; y que PRIMERO nos reconciliemos con el hermano; acto seguido que presentemos la ofrenda.

Esto nos dice que las ofrendas no son recibidas por Dios cuando  estamos en pleito con los hermanos, preguntémonos cuántas ofrendas has sido depositadas en el altar pero que todavía no han sido recibidas porque nuestro corazón está enemistado con algún hermano.

No es que Dios no quiera recibirnos las ofrendas sino que lo que Él quiere es que primero nos arreglemos con nuestros hermanos y luego presentemos la ofrenda.

El orden de Dios es dejar la ofrenda en el altar, reconciliarnos con nuestros hermanos y luego ofrecer la ofrenda. Hay ofrendas depositadas pero no ofrecidas. Por eso no hay efecto en el dar. Pero hagamos lo que Él nos dice y reconciliémonos con los hermanos y presentemos nuestras ofrendas al Padre, que aunque el contexto habla de ofrendas pecuniarias no dudemos que es lo mismo en las ofrendas de alabanza, ayunos, veladas, servicio, etc.

PRIMERO JUZGARNOS A NOSOTROS MISMOS 
Mt. 7:5  ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.

Qué fácil es ver en los hermanos errores, defectos y pecados; y aún emitir juicios contra ellos, cosa que es delicada pues hoy sólo hay un Juez y es nuestro Padre. La Escritura es clara cuando nos advierte que el que juzga no tiene escusa delante de Dios pues todo lo que un hombre juzga eso mismo hace Rom. 2: 1,2.

Jesús habló con claridad que solo los que estén limpios de pecado pueden arrojar piedras de juicio contra sus hermanos como sucedió con la mujer adúltera, por el contrario una de las manifestaciones de la gente estorbada por demonios (como los gadarenos) es que se tiran piedras para lastimarse. Y como los miembros del cuerpo de Cristo no estamos endemoniados es que no nos lanzamos juicios los unos a los otros. Las piedras son figura de la ley, recordemos que la ley fue dada en tablas de piedra, y mucha gente legalista se atreve a señalar a sus hermanos y arrojarles las piedras de ley para ejecutar juicios contra ellos.

Este es un principio diabólico recordemos que el diablo le pidió a Jesús que de las piedras sacara pan o su sustento, como quien dice que la doctrina de la palabra se convierta en juicio y maldición. En cambio el principio de Dios es que cuando alguien en su condenación y acusación se presenta ante Dios consiente que ha fallado y le pide a Dios su Padre un pan de misericordia, de salvación Él nunca le va a dar una piedra (juicio de condenación).

Con relación a las falsas o malas enseñanzas, sí podemos juzgar lo que un vaso predica, enseña, profetiza, etc. Pero nunca juzgar al vaso ni aún  su proceder, la gente que juzgó la desnudez de Saúl no escuchó el mensaje legítimo que venía del Cielo y lo rechazó, cuando era Dios mismo hablando en ese vaso defectuoso.

PRIMERO ATAR AL HOMBRE FUERTE 
Mt. 12:29  Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa.

Según este pasaje en tema de ministración y liberación la forma más efectiva de trabajar es atando al hombre fuerte de la casa y luego saquearlo, recordemos que la iglesia tiene el poder de atar en la tierra lo que está influyendo en las casas o vidas desde los cielos; este principio ya lo observamos en Goliat, que era el hombre fuerte de la comunidad filistea, al caer la cabeza por la piedra alisada de David inmediatamente se derrumban los subalternos.

Debemos trabajar en el discernimiento de espíritus para atar al hombre fuerte y destruir sus obras en gente, hogares, economía, salud, etc. Y luego saquear es decir resarcir lo que se ha perdido, como la salud, el tiempo, el servicio, etc. Joel 2:25  Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros. 26  Comeréis hasta saciaros, y alabaréis el nombre de Jehová vuestro Dios, el cual hizo maravillas con vosotros; y nunca jamás será mi pueblo avergonzado.  En el caso de Israel por pecado había abierto las puertas para que las plagas espirituales y físicas destruyeran el porvenir, gozo, salud, del pueblo; pero cuando el Señor visitó con misericordia a su pueblo, lo primero fue destruir las plagas y luego restituir, el trabajo nuestro ahora es localizar las obras de las tinieblas atarlas, y luego despojarlas. Desde luego la gente como Israel debe tomar decisiones de convertirse de todo corazón al Único y Verdadero Dios.

No solo es quitar el estorbo espiritual, eso es lo primero, atarlo, dejarlo inoperante por el dedo de Dios, sino que acto seguido hay que ser restituidos de lo que nos habían despojado.

PRIMERO LIMPIAR LO DE ADENTRO Y LUEGO LO DE AFUERA
Mt. 23:26  ¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio.

Debemos recordar que desde que el germen involutivo llegó a nuestra estructura genética, la inclinación del hombre ha sido de continuo el mal, o sea revelarse a los principios y fundamentos de la santidad de Dios. Sin embargo cuando el Espíritu llega a una vida se convierte en la fuerza y poder para poder caminar en agrado a Dios. La nueva naturaleza creada según Dios es la que debe gobernar la naturaleza caída de los hombres de Dios.

Dios siempre trabaja de adentro para afuera, muy contrario a la forma de trabajar del espíritu farisaico que busca arreglar solo lo de afuera. Por eso el Señor les gritó sepulcros blanqueados. Recordemos que el tabernáculo fue ensamblado por orden de Dios de adentro (lugar santísimo) para afuera (atrio).  Dándonos una figura el Señor de cómo iba a trabajar la restauración nuestra que somos sus templos, de adentro (espíritu) para afuera (alma y cuerpo).

Otro principio que no debemos obviar es que aunque primero trabaja lo de adentro y es lo más importante, no por eso Dios no se ocupa de lo externo, pensar que Dios no se ocupa del cuerpo, y de lo exterior es pensar en un Dios incompleto. Desde luego que Dios quiere que seamos limpios de afuera, pero existe un orden primero lo de adentro del vaso y acto seguido que nos ocupemos de la limpieza de lo de afuera que incluye el arreglo personal, la salud, la calidad de ofrenda, la técnica y profesionalización de lo que hacemos, etc.

PRIMERO SER SIERVO Y LUEGO OCUPAR UN PUESTO DE EMINENCIA
Mcs. 10:44  Y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos.

En la mayoría de estructuras creadas por Dios, Él ha establecido autoridades de mando, de hecho la misma Trinidad está jerarquizada (el Padre es mayor que el Hijo), sin embargo, existe un principio en Dios para los vasos que él va a utilizar como autoridades, y es que antes de tener primacía deben ser siervos.

Así tenemos que Josué antes de ejercer el liderazgo sobre Israel para tomar Canaán, primero fue un servidor de Moisés. Eliseo antes de ser el padre de los profetas primero fue siervo de Elías, y aún Jesús antes de sentarse en el trono de Gloria primero les lavó los pies a sus discípulos. Del tamaño del liderazgo que se va a tener, de ese tamaño será el servicio que debemos presentar, por eso José que iba a ser el segundo después de faraón, primero fue llevado a un pozo, luego a una casa a servir y luego a una cárcel.

La verdadera escuela de liderazgo es el servicio en obediencia a otros hombres, Jos. 1:1  Aconteció después de la muerte de Moisés siervo de Jehová, que Jehová habló a Josué hijo de Nun, servidor de Moisés, diciendo. Josué antes de ser siervo de Dios primero fue siervo de Moisés.

1Sam. 29:3  Y dijeron los príncipes de los filisteos: ¿Qué hacen aquí estos hebreos? Y Aquis respondió a los príncipes de los filisteos: ¿No es éste David, el siervo de Saúl rey de Israel, que ha estado conmigo por días y años, y no he hallado falta en él desde el día que se pasó a mí hasta hoy? David antes de ser un siervo de Dios fue primero  llamado y reconocido como el siervo de Saúl su rey.

Recordemos que el que se humilla Dios y no los hombres lo levanta.


PRIMERO CALCULAR LOS GASTOS, LUEGO EDIFICAR 
Lc. 14:28  Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? 29  No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él.

El hacer cálculos antes de iniciar un proyecto, hacer una compra, edificar algo no es falta de fe (quien está enseñando este principio es el autor de la fe) sino parte de una buena administración. El Señor no está ordenando a nadie a cometer imprudencias en nombre de la fe, a endeudarnos en nombre de su señorío; sino a que seamos cautelosos y buenos administradores.

Conozco mucha gente que para suplir un deseo se endeuda girando cheques sin fondos o dando el “tarjetazo” irresponsable, creyendo que con solo confesar que le va a venir del cielo el dinero para pagar han terminado mal y defraudados con su fe irresponsable. El autor de la fe nos dice que no comencemos nada sin antes hacer cálculos serios ya que aunque seamos sus discípulos Él no se compromete a sacarnos del bochorno y la vergüenza de la imprudencia.

Primero calculemos bien nuestras fuerzas en lo que vamos a emprender y para eso es  bueno tener un presupuesto familiar, empresarial, eclesiástico y luego emprendamos. No es malo emprender, Dios es un Dios emprendedor, lo que es malo es no calcular primero.

LOS DIACONOS DEBEN PRIMERO SER SOMETIDOS A PRUEBA
1 Tim. 3:10  Y éstos también sean sometidos a prueba primero, y entonces ejerzan el diaconado, si son irreprensibles.

Entendemos que en la iglesia aparte de los ministerios primarios o ejecutivos tenemos dos rangos de autoridad y servicio que son los ancianos llamados también obispos y los diáconos llamados en algunas congregaciones edecanes, ujieres, o servidores,  Fil. 1:1  Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos.

De alguna manera todos debemos trabajar en la obra de Dios poniendo al servicio del cuerpo de Cristo los diferentes dones y talentos que hemos recibido de parte de Dios, 1 Cor. 12:28  Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas.  Aunque todos pueden trabajar colaborando en la obra de Dios los que la iglesia reconozca como diáconos deben ser personas que han sido primeramente puestas a prueba y luego se les puede dar el rango y reconocimiento de diáconos, 1 Tim. 3:13  Porque los que ejerzan bien el diaconado, ganan para sí un grado honroso, y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús.

PRIMERO DEBEMOS SER PIADOSOS CON LOS DE CASA
1 Tim. 5:4  Pero si alguna viuda tiene hijos, o nietos, aprendan éstos primero a ser piadosos para con su propia familia, y a recompensar a sus padres; porque esto es lo bueno y agradable delante de Dios.

Aquí específicamente el apóstol se refiere a la piedad y recompensa que todo hijo les debe a sus padres,  primeramente en los estudios, en el comportamiento y colaboración en casa, en el testimonio con los de afuera (aún en las páginas sociales de internet) ya que el comportamiento fuera de casa acredita o desacredita a la familia; en el trabajo y desde luego en el aporte económico que puedan dar en casa.

Antes de aportar afuera primero el aporte debe darse a la casa, esto no quiere decir que olvidemos a los hermanos en la fe, o instituciones benéficas, pobres, viudas, huérfanos o extranjeros, lo único que la Palabra nos ordena es que primero velemos por las necesidades de la familia.

PRIMERO BUSCAR EL REINO DE DIOS
Mt. 6:33  Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

Antes de buscar las cosas básicas de esta tierra, debemos primero buscar el gobierno de Dios en nuestras vidas y convertirlo en al Amo y Señor de lo que poseemos y emprendemos. Es mejor ser rico en las cosas del Espíritu y esperar que en esa unción, poder y sabiduría las cosas de la tierra se vayan dando en su tiempo y sin afanes.

El Reino de Dios tiene principios de obediencia, de jerarquías, de servicio, de prioridades, de prudencia, de dar, de excelencia, etc. Cuando estos principios del reino los activamos es muy fácil que veamos como las cosas de esta vida nos son añadidas.

PRIMERO ENTREGARNOS NOSOTROS  
2 Cor. 8:5  Y no como lo esperábamos, sino que a sí mismos se dieron primeramente al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios.

Cuando presentemos una ofrenda al Señor económica debemos entender que antes del dinero el Señor espera nuestro corazón, el orden es entregarnos nosotros primero como ofrenda agradable y luego presentarle lo que hemos propuesto en nuestro corazón.

Sólo recordemos que la obra de Dios tiene tantas necesidades que al dar demos de acuerdo a nuestras posibilidades y gratitud, pero tomando en cuenta las necesidades de la congregación.

La diferencia de Abel y Caí es que Abel  fue primeramente visto con agrado y acto segundo vio Dios con agrado lo que presentó en el altar de Dios.

CONCLUSION
Dios es un Dios de orden  que lo único que pide para nuestro beneficio es la obediencia, si nosotros podemos ordenar nuestras vidas en estos ángulos tenderemos los resultados que Dios quiere que obtengamos: su bendición, provisión y presencia manifestada.

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