El Orden lógico de Dios en las Obras
En el evangelio vamos a encontrar un
orden para hacer las cosas, invertirlas sería un error de práctica y por
supuesto de desagrado a nuestro Dios de Orden. Conozcamos el orden lógico de
las cosas que Él nos pide que sigamos.
PRIMERO DEBEMOS ESTAR EN PAZ CON LOS HERMANOS
Mt. 5:24 Deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda,
reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.
El Señor Jesús enseñó que antes de
presentar alguna ofrenda en el altar estemos plenamente conscientes que no
tenemos ninguna enemistad con algún hermano, y que si al momento de estar en su
presencia presentando la ofrenda el Espíritu o la conciencia nos recuerdan de
algún pendiente con algún hermano dice que dejemos la ofrenda en el altar, no
dice que la regresemos o que nos la llevemos; y que PRIMERO nos reconciliemos con el hermano; acto seguido que
presentemos la ofrenda.
Esto nos dice que las ofrendas no son
recibidas por Dios cuando estamos en pleito con los hermanos,
preguntémonos cuántas ofrendas has sido depositadas en el altar pero que
todavía no han sido recibidas porque nuestro corazón está enemistado con algún
hermano.
No es que Dios no quiera recibirnos
las ofrendas sino que lo que Él quiere es que primero nos arreglemos con
nuestros hermanos y luego presentemos la ofrenda.
El orden de Dios es dejar la ofrenda
en el altar, reconciliarnos con nuestros hermanos y luego ofrecer la ofrenda.
Hay ofrendas depositadas pero no ofrecidas. Por eso no hay efecto en el dar.
Pero hagamos lo que Él nos dice y reconciliémonos con los hermanos y
presentemos nuestras ofrendas al Padre, que aunque el contexto habla de
ofrendas pecuniarias no dudemos que es lo mismo en las ofrendas de alabanza,
ayunos, veladas, servicio, etc.
PRIMERO JUZGARNOS A NOSOTROS MISMOS
Mt. 7:5 ¡Hipócrita! saca primero
la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de
tu hermano.
Qué fácil es ver en los hermanos
errores, defectos y pecados; y aún emitir juicios contra ellos, cosa que es
delicada pues hoy sólo hay un Juez y es nuestro Padre. La Escritura es clara
cuando nos advierte que el que juzga no tiene escusa delante de Dios pues todo
lo que un hombre juzga eso mismo hace Rom. 2: 1,2.
Jesús habló con claridad que solo los
que estén limpios de pecado pueden arrojar piedras de juicio contra sus
hermanos como sucedió con la mujer adúltera, por el contrario una de las
manifestaciones de la gente estorbada por demonios (como los gadarenos) es que
se tiran piedras para lastimarse. Y como los miembros del cuerpo de Cristo no
estamos endemoniados es que no nos lanzamos juicios los unos a los otros. Las
piedras son figura de la ley, recordemos que la ley fue dada en tablas de
piedra, y mucha gente legalista se atreve a señalar a sus hermanos y arrojarles
las piedras de ley para ejecutar juicios contra ellos.
Este es un principio diabólico
recordemos que el diablo le pidió a Jesús que de las piedras sacara pan o su
sustento, como quien dice que la doctrina de la palabra se convierta en juicio
y maldición. En cambio el principio de Dios es que cuando alguien en su
condenación y acusación se presenta ante Dios consiente que ha fallado y le
pide a Dios su Padre un pan de misericordia, de salvación Él nunca le va a dar
una piedra (juicio de condenación).
Con relación a las falsas o malas
enseñanzas, sí podemos juzgar lo que un vaso predica, enseña, profetiza, etc.
Pero nunca juzgar al vaso ni aún su proceder, la gente que juzgó la
desnudez de Saúl no escuchó el mensaje legítimo que venía del Cielo y lo
rechazó, cuando era Dios mismo hablando en ese vaso defectuoso.
PRIMERO ATAR AL HOMBRE FUERTE
Mt. 12:29 Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre
fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá
saquear su casa.
Según este pasaje en tema de
ministración y liberación la forma más efectiva de trabajar es atando al hombre
fuerte de la casa y luego saquearlo, recordemos que la iglesia tiene el poder
de atar en la tierra lo que está influyendo en las casas o vidas desde los
cielos; este principio ya lo observamos en Goliat, que era el hombre fuerte de
la comunidad filistea, al caer la cabeza por la piedra alisada de David
inmediatamente se derrumban los subalternos.
Debemos trabajar en el discernimiento
de espíritus para atar al hombre fuerte y destruir sus obras en gente, hogares,
economía, salud, etc. Y luego saquear es decir resarcir lo que se ha perdido,
como la salud, el tiempo, el servicio, etc. Joel 2:25 Y os restituiré los
años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta, mi gran ejército
que envié contra vosotros. 26 Comeréis hasta saciaros, y alabaréis el
nombre de Jehová vuestro Dios, el cual hizo maravillas con vosotros; y nunca
jamás será mi pueblo avergonzado. En el
caso de Israel por pecado había abierto las puertas para que las plagas espirituales
y físicas destruyeran el porvenir, gozo, salud, del pueblo; pero cuando el
Señor visitó con misericordia a su pueblo, lo primero fue destruir las plagas y
luego restituir, el trabajo nuestro ahora es localizar las obras de las
tinieblas atarlas, y luego despojarlas. Desde luego la gente como Israel debe
tomar decisiones de convertirse de todo corazón al Único y Verdadero Dios.
No solo es quitar el estorbo
espiritual, eso es lo primero, atarlo, dejarlo inoperante por el dedo de Dios,
sino que acto seguido hay que ser restituidos de lo que nos habían despojado.
PRIMERO LIMPIAR LO DE ADENTRO Y LUEGO LO DE AFUERA
Mt. 23:26 ¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de
fuera sea limpio.
Debemos recordar que desde que el
germen involutivo llegó a nuestra estructura genética, la inclinación del
hombre ha sido de continuo el mal, o sea revelarse a los principios y
fundamentos de la santidad de Dios. Sin embargo cuando el Espíritu llega a una
vida se convierte en la fuerza y poder para poder caminar en agrado a Dios. La
nueva naturaleza creada según Dios es la que debe gobernar la naturaleza caída
de los hombres de Dios.
Dios siempre trabaja de adentro para
afuera, muy contrario a la forma de trabajar del espíritu farisaico que busca
arreglar solo lo de afuera. Por eso el Señor les gritó sepulcros blanqueados.
Recordemos que el tabernáculo fue ensamblado por orden de Dios de adentro
(lugar santísimo) para afuera (atrio). Dándonos una figura el Señor de
cómo iba a trabajar la restauración nuestra que somos sus templos, de adentro
(espíritu) para afuera (alma y cuerpo).
Otro principio que no debemos obviar
es que aunque primero trabaja lo de adentro y es lo más importante, no por eso
Dios no se ocupa de lo externo, pensar que Dios no se ocupa del cuerpo, y de lo
exterior es pensar en un Dios incompleto. Desde luego que Dios quiere que
seamos limpios de afuera, pero existe un orden primero lo de adentro del vaso y
acto seguido que nos ocupemos de la limpieza de lo de afuera que incluye el
arreglo personal, la salud, la calidad de ofrenda, la técnica y
profesionalización de lo que hacemos, etc.
PRIMERO SER SIERVO Y LUEGO OCUPAR UN PUESTO DE EMINENCIA
Mcs. 10:44 Y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo
de todos.
En la mayoría de estructuras creadas
por Dios, Él ha establecido autoridades de mando, de hecho la misma Trinidad
está jerarquizada (el Padre es mayor que el Hijo), sin embargo, existe un
principio en Dios para los vasos que él va a utilizar como autoridades, y es
que antes de tener primacía deben ser siervos.
Así tenemos que Josué antes de ejercer
el liderazgo sobre Israel para tomar Canaán, primero fue un servidor de Moisés.
Eliseo antes de ser el padre de los profetas primero fue siervo de Elías, y aún
Jesús antes de sentarse en el trono de Gloria primero les lavó los pies a sus
discípulos. Del tamaño del liderazgo que se va a tener, de ese tamaño será el
servicio que debemos presentar, por eso José que iba a ser el segundo después
de faraón, primero fue llevado a un pozo, luego a una casa a servir y luego a
una cárcel.
La verdadera escuela de liderazgo es
el servicio en obediencia a otros hombres, Jos. 1:1 Aconteció después de la
muerte de Moisés siervo de Jehová, que Jehová habló a Josué hijo
de Nun, servidor de Moisés, diciendo. Josué antes de ser siervo de Dios primero fue siervo de Moisés.
1Sam. 29:3 Y dijeron los príncipes de los filisteos: ¿Qué hacen aquí
estos hebreos? Y Aquis respondió a los príncipes de los filisteos: ¿No es éste
David, el siervo de Saúl rey de Israel, que ha estado conmigo por días y
años, y no he hallado falta en él desde el día que se pasó a mí hasta hoy? David antes de ser un siervo de Dios fue primero
llamado y reconocido como el siervo de Saúl su rey.
Recordemos que el que se humilla Dios
y no los hombres lo levanta.
PRIMERO CALCULAR LOS GASTOS, LUEGO EDIFICAR
Lc. 14:28 Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre,
no se sienta primero y calcula los
gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? 29 No sea que
después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean
comiencen a hacer burla de él.
El hacer cálculos antes de iniciar un
proyecto, hacer una compra, edificar algo no es falta de fe (quien está enseñando
este principio es el autor de la fe) sino parte de una buena administración. El
Señor no está ordenando a nadie a cometer imprudencias en nombre de la fe, a
endeudarnos en nombre de su señorío; sino a que seamos cautelosos y buenos
administradores.
Conozco mucha gente que para suplir un
deseo se endeuda girando cheques sin fondos o dando el “tarjetazo”
irresponsable, creyendo que con solo confesar que le va a venir del cielo el
dinero para pagar han terminado mal y defraudados con su fe irresponsable. El
autor de la fe nos dice que no comencemos nada sin antes hacer cálculos serios
ya que aunque seamos sus discípulos Él no se compromete a sacarnos del bochorno
y la vergüenza de la imprudencia.
Primero calculemos bien nuestras
fuerzas en lo que vamos a emprender y para eso es bueno tener un
presupuesto familiar, empresarial, eclesiástico y luego emprendamos. No es malo
emprender, Dios es un Dios emprendedor, lo que es malo es no calcular primero.
LOS DIACONOS DEBEN PRIMERO SER SOMETIDOS A PRUEBA
1 Tim. 3:10 Y éstos también sean sometidos a prueba primero, y entonces ejerzan el
diaconado, si son irreprensibles.
Entendemos que en la iglesia aparte de
los ministerios primarios o ejecutivos tenemos dos rangos de autoridad y
servicio que son los ancianos llamados también obispos y los diáconos llamados
en algunas congregaciones edecanes, ujieres, o servidores, Fil. 1:1 Pablo y Timoteo, siervos de
Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los
obispos y diáconos.
De alguna manera todos debemos
trabajar en la obra de Dios poniendo al servicio del cuerpo de Cristo los
diferentes dones y talentos que hemos recibido de parte de Dios, 1 Cor. 12:28
Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo
tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que
ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas. Aunque todos pueden trabajar colaborando en la obra de Dios
los que la iglesia reconozca como diáconos deben ser personas que han sido
primeramente puestas a prueba y luego se les puede dar el rango y
reconocimiento de diáconos, 1 Tim. 3:13 Porque
los que ejerzan bien el diaconado, ganan para sí un grado honroso, y mucha
confianza en la fe que es en Cristo Jesús.
PRIMERO DEBEMOS SER PIADOSOS CON LOS DE CASA
1 Tim. 5:4 Pero si alguna viuda tiene hijos, o nietos, aprendan
éstos primero a ser piadosos para
con su propia familia, y a recompensar a sus padres; porque esto es lo bueno y
agradable delante de Dios.
Aquí específicamente el apóstol se
refiere a la piedad y recompensa que todo hijo les debe a sus padres,
primeramente en los estudios, en el comportamiento y colaboración en casa, en
el testimonio con los de afuera (aún en las páginas sociales de internet) ya que
el comportamiento fuera de casa acredita o desacredita a la familia; en el
trabajo y desde luego en el aporte económico que puedan dar en casa.
Antes de aportar afuera primero el
aporte debe darse a la casa, esto no quiere decir que olvidemos a los hermanos
en la fe, o instituciones benéficas, pobres, viudas, huérfanos o extranjeros,
lo único que la Palabra nos ordena es que primero velemos por las necesidades
de la familia.
PRIMERO BUSCAR EL REINO DE DIOS
Mt. 6:33 Mas buscad primeramente
el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Antes de buscar las cosas básicas de
esta tierra, debemos primero buscar el gobierno de Dios en nuestras vidas y
convertirlo en al Amo y Señor de lo que poseemos y emprendemos. Es mejor ser
rico en las cosas del Espíritu y esperar que en esa unción, poder y sabiduría
las cosas de la tierra se vayan dando en su tiempo y sin afanes.
El Reino de Dios tiene principios de
obediencia, de jerarquías, de servicio, de prioridades, de prudencia, de dar, de
excelencia, etc. Cuando estos principios del reino los activamos es muy fácil
que veamos como las cosas de esta vida nos son añadidas.
PRIMERO ENTREGARNOS NOSOTROS
2 Cor. 8:5 Y no como lo esperábamos, sino que a sí mismos se dieron primeramente al Señor, y luego a
nosotros por la voluntad de Dios.
Cuando presentemos una ofrenda al
Señor económica debemos entender que antes del dinero el Señor espera nuestro
corazón, el orden es entregarnos nosotros primero como ofrenda agradable y
luego presentarle lo que hemos propuesto en nuestro corazón.
Sólo recordemos que la obra de Dios
tiene tantas necesidades que al dar demos de acuerdo a nuestras posibilidades y
gratitud, pero tomando en cuenta las necesidades de la congregación.
La diferencia de Abel y Caí es que
Abel fue primeramente visto con agrado y acto segundo vio Dios con agrado
lo que presentó en el altar de Dios.
CONCLUSION
Dios es un Dios de orden que lo
único que pide para nuestro beneficio es la obediencia, si nosotros podemos
ordenar nuestras vidas en estos ángulos tenderemos los resultados que Dios
quiere que obtengamos: su bendición, provisión y presencia manifestada.
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