viernes, 25 de mayo de 2012

La Dureza


La Dureza


Debemos tener en cuenta que cuando una persona ha nacido de nuevo debe mantener una comunión íntima con el Señor, y mantener un nivel de sensibilidad, de tal manera que pueda percibir la voz de Dios, y ser guiado por el Espíritu Santo. Sin embargo cuando alguien vive dentro de la nueva vida, puede vivir una vida religiosa, rutinaria, vacía, desordenada, sin comunión íntima con Dios, solamente social, etc. y así dar lugar al endurecimiento de su ser, esto es peligroso porque por la dureza, el hombre puede perder bendiciones preciosas que solo con un corazón sensible puede alcanzar. Estudiemos en este momento las diferentes formas de dureza que la Biblia a través de sus páginas nos narra.

LA DUREZA DE CERVIZ
Jer. 17:23 23Pero ellos no oyeron, ni inclinaron su oído, sino endurecieron su cerviz para no oír, ni recibir corrección.

Tener la cerviz endurecida nos habla de mantener una postura rígida en nuestras decisiones, opiniones, pensamiento, y resoluciones. No se posee capacidad de ver otras opciones más que las propias, es decir habla de la obstinación de los hombres.

Cuando vemos la historia de Caín, nos sorprende ver a Dios, que a pesar de desaprobar a Caín y su ofrenda se acerca para explicarle la razón de tal desaprobación. Esto nos habla de la misericordia de Dios, que quiere que todos los hombres procedamos al arrepentimiento y conversión. Y a pesar de andar en la carne siempre habla a tiempo para reargüirnos.

Sin embargo la reacción de Caín es más sorprendente, cualquiera pensaría que ante tal explicación del mismo Dios, Caín iba a abandonar el error de su camino. Pero vemos que endurece en el altar la cerviz, ya que ni el consejo de Dios, ni su explicación lo hizo cambiar de actitud, sino en la dureza de su nuca no vio más que la alternativa que en su mente llevaba, y salió de la presencia de Dios para matar a su hermano.

Que obstinado, sale de un culto para matar, sale de oír la voz de Dios para pecar, así hoy hay mucha gente que su dureza de cerviz es tan grande que salen de los cultos, y de oír la voz de Dios por dones, o por la predicación de la Palabra; pero no cambia su situación espiritual, porque no pueden voltear a ver la opción que Dios les ofrece, y no pueden perdonar, ya que sus argumentos son más fuertes que los de Dios, y no pueden cambiar los paradigmas religiosos, pues su tradición es más grande que la Palabra de Dios.

Así muchos hombres en su obstinación como el pródigo se revelan a la mesa del Padre, a la presencia del Padre, a los siervos del Padre, a la casa del Padre y se van a aventurar tras su criterio cegado por la rebelión, ya nadie puede cambiar sus decisiones, ni el consejo de Dios mucho menos el pastoral, ni el de un familiar,  o hermano en la fe; etc. Pues han endurecido la cerviz. Y note son hijos de Dios.

Lo mismo acaeció a Israel pidiendo un rey, pese a que Dios les advirtió por boca profética, que lo que pedían era contrario a la voluntad de Dios y por ende les iba a ocasionar problemas terribles, a tal grado que Israel al final sufrió una humillante derrota ante el ejército de los filisteos, donde murió Saúl y toda su casa, con miles de judíos muertos a causa de haber pedido rey sobre Israel. Pero la advertencia de Samuel ya no fue escuchada por haber dado lugar a la dureza de CERVIZ.

Que el Señor nos guarde de querer andar en nuestros propios caminos, decisiones, doctrina, pensamientos, consejo, parecer, argumentos, querer. Y que tengamos la capacidad de oír la voz de Dios, y atenderla. Sabiendo que todo lo que Él dice es verdad y bendición para nuestras vidas.

Prov. 29:1 1 El hombre que reprendido endurece la cerviz, De repente será  quebrantado, y no habrá para él medicina.

LA DUREZA DE ROSTRO
Prob.21:29  29 El hombre impío endurece su rostro; Mas el recto ordena sus caminos.

Endurecer el rostro nos habla de tres área:

·      Perder la vergüenza al pecar.
·      Volverse insensible al llanto.
·      Afrentar sin temor a las autoridades.

PERDER LA VERGÜENZA FRENTE AL PECADO
Cuando un hombre ha experimentado el nuevo nacimiento recibe una bendición muy especial que desde luego antes de convertirse no la posee.

Esa bendición es sentirse redargüido cada vez que peca y desobedece al Señor.

Cuando uno no ha tenido la bendición de la conversión, peca y lejos de causar vergüenza o dolor, en el hombre natural es hasta motivo de orgullo el pecado. Por ejemplo, hay hombres que exhiben como trofeos la cantidad de botellas vacías de licor que dejan en una mesa, o la cantidad de mujeres que logran engañar en su vida, etc. Pero cuando un hombre nace de nuevo y comete algún error que afecta la santidad de Dios, inmediatamente se siente mal, y no puede continuar el derrotero de la vida sin antes ponerse a cuentas en la sangre poderosa de Jesucristo, quien está dispuesto a perdonar y limpiar de toda maldad al débil que con sinceridad confiesa su pecado.

Hay un peligro terrible en no arreglarse con Dios después de haber pecado, es  peligroso después de haber fallado apartarse de la presencia de  Dios, dejar el lugar donde se congrega, desertar de buscar a Dios. Ya que esta reacción es más destructiva que el mismo pecado cometido. Pues es negar la misericordia de Dios y la eficacia de la sangre de Cristo.

Si bien es cierto el deseo de Dios es que nos apartemos del mal y del pecado, Dios mismo sabe de nuestra naturaleza, y fue la razón de venir en forma de hombre, el poder compadecerse de nuestras debilidades y es ahí donde debemos acercarnos confiadamente al trono de la misericordia, seguros que tenemos un gran sumo sacerdote que puede compadecerse de nuestras debilidades y darnos otra oportunidad para poder agradarle. Entonces apartarse de Dios por pecado es la decisión más terrible que el hombre pueda cometer, ya que es iniciar un camino de apostasía.

Y cuando un hombre permite que el pecado sea guardado en el corazón, y vuelve a la misma práctica, y no confiesa su pecado, ni se aparta el corazón el tal se endurece, de tal manera que la vergüenza por el pecado va desapareciendo, cayendo al cinismo, a la rebelión contra su Salvador, y después el descaro es manifiesto. Se exhibe en pecado, ya no se avergüenza, pues el rostro ya se ha endurecido.

Eso le pasó a Judas el traidor, primero pecó en privado, es decir maquinó en su corazón entregar a Jesús, luego realizó el plan en secreto, y luego en el Getsemaní se descaró sin temor. Cuando alguien peca en secreto y no se arrepiente llegara a tal grado que perderá hasta la vergüenza que conlleva el pecado y lo exhibirá en público sin temor. Esto es haber endurecido el rostro.

VOLVERSE INSENCIBLE Y NO PODER LLORAR
Algo muy precioso que nos ocurre a los que por misericordia hemos recibido el perdón de pecados, y aceptado a Jesús como Señor de nuestras vidas, es que podemos llorar, pero no de tristeza, amargura, rencor, rabia o lamento; sino de gozo, de alegría, tocados por la presencia de Dios, y sus bendiciones.

Lamentablemente hay gente de Dios que ya no llora, porque se ha endurecido y su relación con el Espíritu Santo ya no es la misma, desde luego Dios no es el que ha cambiado, sino son los hombres los que cambian.

La dureza de rostro es tener tal sequedad que ya no nos conmueve la Palabra, ni los momentos de adoración, no la presencia de Dios.

Mucha gente endurece el rostro por traiciones recibidas en la congregación, por infidelidades de la gente en la que confió, por traiciones, humillaciones, malos tratos, correcciones de los padres a los hijos con violencia carnal, o momentos difíciles que ha pasado en las que le atribuye despropósito a Dios.

Debemos entender que el enemigo quiere amargarnos, y endurecernos, eso le pasó a  Jesús cuando en la cruz estaba herido, dice la escritura que le ofrecieron hiel mezclado con vinagre, la hiel es figura de la amargura, pero dice la Escritura que cuando El probó la hiel inmediatamente la expulsó de su cuerpo. Dándonos el ejemplo que cuando estuviéramos pasando momentos difíciles, o siendo heridos por nuestros hermanos, el diablo nos va a ofrecer hiel, es decir querrá que nos traguemos la amargura, pero lo que Jesús hizo, es lo que debemos hacer expulsar la amargura en su nombre y encomendarnos al Padre.

Qué bello es llorar es el colirio para nuestros ojos. Cuando Ana lloró en la presencia del Señor vino la respuesta para ser sana de la esterilidad.
Heb. 5: 7Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente.

AFRENTAR A LAS AUTORIDADES
Tener el rostro endurecido nos habla de perder temor a las autoridades, cuando un hijo les pierde el respeto a sus padres  y los afrenta, o los avergüenza o se rebela contra ellos ha endurecido el rostro.

Muchas veces le preguntamos a Dios acerca de cuál es su voluntad en algunas áreas de nuestra vida, y esperamos que la respuesta de Dios sea audible y estereofónica para obedecerla, o tan siquiera que baje un ángel a hablarnos. Sin pensar que  Dios muchas veces nos habla por medio de nuestras autoridades, es decir por los padres, apóstoles, pastores, esposos, jefes de trabajo, etc.

Al ignorar esto nos rebelamos a las autoridades, ignorando que es Dios quien  nos está orientando por medios de estos vasos. El afrentar una autoridad, murmurar de ella es haber dado lugar a la dureza de rostro.

LA DUREZA DEL CORAZÓN
Sal 81:11-12 11Pero mi pueblo no oyó mi voz, E Israel no me quiso a mí. 12Los dejé, por tanto, a la dureza de su corazón; Caminaron en sus propios consejos.

Mcs.3:4-5 4Y les dijo: ¿Es lícito en los días de reposo* hacer bien, o hacer mal; salvar la vida, o quitarla? Pero ellos callaban. 5Entonces, mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y la mano le fue restaurada sana.

Cuando la Biblia habla de dureza de corazón se refiere a la incredulidad, a cerrarse a  la esperanza y amor

LA INCREDULIDAD
La dureza de corazón es cerrarse a la Palabra de Dios, oír pero no creerla, y eso es lo que le sucedió a Israel, Jesús les dijo mi palabra no tiene cabida en vosotros, recordemos que no nos hemos acercado a un ídolo, los ídolos tienen boca pero no hablan, pero nuestro Dioses real y verdadero, tiene boca y habla. Por lo cual merece que cuando hable se le atienda y se le crea, Heb. 3:12 12Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo.

La incredulidad endurece el corazón a tal grado que perdemos la bendición preparada para nosotros, debemos creer en las promesas de Dios, y descansar en sus promesas, Mt.15:58 58Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos.

PERDER LA ESPERANZA
Mcs. 16:14 14Finalmente se apareció a los once mismos, estando ellos sentados a la mesa, y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado.

Si algo tiene la iglesia de Jesucristo como esperanza desde su fundación narrada en el capítulo dos de Hechos de los apóstoles es la esperanza del retorno de Nuestro Señor a la tierra. Esta esperanza es el ancla de la iglesia, sin embargo cuando la dureza del corazón se da, se pierde, y esto si es peligroso, porque el creyente que pierde la esperanza de la parusía peligra en volverse un materialista, carnal, cuyos ojos son solo las vanidades de la tierra.

Cuando Jesús resucitó la dureza del corazón de los discípulos ere extrema, a tal grado de olvidar la esperanza de la resurrección, que Jesús tiempo atrás les había anunciado. Cuando un hombre endurece el corazón se olvida de la palabra profética.

PERDER EL AMOR
Por la dureza del corazón se pierde el amor a tal grado que fue el motivo por el cual permitió la carta de repudio o divorcio en la sociedad de Israel, Mt. 19: 8El les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así.

Una persona endurecida carece de misericordia y por tal motivo no puede perdonar, se cree tan justo que rechaza al pecador, lo juzga, lo señala y lo rechaza.

Una persona con el corazón endurecido no evangeliza porque no siente amor por las almas perdidas

Cuando un creyente endurece el corazón pierde el amor a Dios, y si pierde el amor a su Señor es consecuente perder el amor a los hermanos en la fe y hasta a la familia, es difícil decir que amamos a Dios y aborrecemos al hermano.

Por eso el que pierde el amor por Dios será fácil que pierda el amor a la iglesia, a los hermanos, a los ministerios, a la palabra, a la familia.

DUREZA TOTAL
1 Sam. 25:3 3Y aquel varón se llamaba Nabal, y su mujer, Abigail. Era aquella mujer de buen entendimiento y de hermosa apariencia, pero el hombre era duro y de malas obras; y era del linaje de Caleb.

Aquí nos narra la escritura de un hombre llamado Nabal, cuyo nombre significa rebelde, era un hombre endurecido y por lo tal sus actos eran inmisericordes, le negó comida a David, quien había mostrado bondad a sus criado y hasta había servido de guarda de sus bienes.

Un hombre endurecido no es liberal, ve la necesidad económica de un hermano, o de la congregación donde asiste y no se mueve para aportar, pero cuando tiene problemas son los primeros que acuden al liderazgo para pedir auxilio, y lo quieren pronto.

Y es un hombre que al final muere totalmente endurecido, 1 Sam. 25:37-38 37Pero por la mañana, cuando ya a Nabal se le habían pasado los efectos del vino, le refirió su mujer estas cosas; y desmayó su corazón en él, y se quedó como una piedra. 38Y diez días después, Jehová hirió a Nabal, y murió.

Nabal murió como una piedra.

TODO ESTO SERÍA UNA TRAGEDIA SI NO HUBIESE MEDICINA PARA LA DUREZA, GRACIAS A DIOS EL SEÑOR TIENE SANIDAD PARA LA DUREZA.

1. LA PALABRA DE DIOS MINISTRADA CON UNCIÓN
Jer. 23:29 29¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra?

Si algo quebranta la piedra es la Palabra de nuestro Dios ministrada con unción del Espíritu, no importa en cual dureza un hombre se encuentre, si le abre brecha a la Palabra de Dios, será como un martillo que quebrante la roca, y habrá restauración y bendición para aquel que se acerque  al señor humillado a oír su palabra bendita.

2. LA VARA DE DIOS
Ex. 17:6 6He aquí que yo estaré delante de ti allí sobre la peña en Horeb; y golpearás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo.

Cuando Moisés golpeó la roca con la vara sacó agua, es decir que cuando alguien está endurecido espere en la misericordia de Dios la vara de corrección de disciplina. Pero no es para destruir a su hijo, es para quitar la dureza  y así volverlo sensible a su palabra, cuánta gente de Dios después de atravesar una situación difícil, vuelven dóciles a su presencia, como el Hijo Pródigo, y ya después aunque se les haga la invitación, no se van de la casas de Dios, porque han sido tratados duramente y corregidos para su bendición.

Que el Señor nos guarde de caer en una de estas durezas, y nos mantengamos sensibles a su presencia, creyéndole, amándolo y esperando su gloriosa venida, mientras peregrinamos en la tierra con éxito y bendición.

2 comentarios:

  1. Mi nombre es bella, es un hermoso devocional , muy claro y que llega al alma, al fin palabra de Dios que Dios le bendiga

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  2. Y que hay con la dureza de las manos??

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