Los Hijos de Abraham
Mateo 3:9y no
penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo
os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.
Cuando Juan, quien era profeta, por medio del don de ciencia conoció lo
que pensaban las razas de víboras, los denunció, y les dijo que no eran hijos
de Abraham. O sea hijos de pacto, hijos de bendición, hijos de promesa, hijos
de salvación, e hijos de herencia.
Cómo saber que uno es hijo de Abraham, la respuesta la dio con claridad
Jesús en el evangelio de Juan, y es lo que a continuación quisiera exponer.
LOS HIJOS DE ABRAHAM, HACEN LAS
OBRAS DE ABRAHAM
Jn. 8: 39Respondieron
y le dijeron: Nuestro padre es Abraham. Jesús les dijo: Si fueseis hijos de
Abraham, las obras de Abraham haríais.
Para conocer que realmente somos hijos de Abraham debemos manifestar las
obras de Abraham.
1.
OBRA DE FE
La primera obra que la Biblia subraya de Abraham, es la fe que Abraham
manifiesta a la voz de Dios, Gal. 3: 6Así Abraham creyó a Dios, y le
fue contado por justicia. 7Sabed, por tanto, que los que son de fe,
éstos son hijos de Abraham. 8Y la Escritura , previendo que Dios
había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a
Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. 9De modo
que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham.
Recordemos que Abram, era de nacionalidad babilónica, criado en la
cultura de sus padres la cual era politeísta, pagana y diabólica. Sin embargo
Dios pasa por alto el pasado y presente a Abram, se revela a su vida y le da un
llamamiento de salir de su tierra y parentela. Abram no lo cuestionó, sino que
le creyó, lo dejó todo por el Dios que se le revela. Y esa fe le fue contado
por justicia, es decir que todos los pecados cometidos, el Señor por la fe se
los perdona y lo hace una nueva criatura. Eso es exactamente lo que hoy vivimos
los verdaderos hijos de Abraham, le creemos a Dios, que su Hijo realizó el
sacrificio perfecto y completo en la cruz del Calvario, y que creyendo en El
somos salvos, y perdonados de toda maldad, Hech. 13: 38Sabed, pues,
esto, varones hermanos: que por medio de él se os anuncia perdón de pecados,
39y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser
justificados, en él es justificado todo aquel que cree. Rom. 3: 23por
cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, 24siendo
justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en
Cristo Jesús, 25a quien Dios puso como propiciación por medio de la
fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de
2.
SE GOZÓ
EN LA VENIDA DEL MESIAS
Jn. 8: 56Abraham
vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó.
Según este
pasaje, a Abraham le revelaron que el Mesías iba a ser manifestado en carne en
la tierra, y Abraham se gozó por ello. Hoy encontramos que la primera
manifestación del Verbo en carne a la tierra ya se efectuó hace 2000 años, pero
se nos ha revelado por la Palabra de Dios, que el Cristo que vino, volverá en
gloria. Luego entonces los verdaderos hijos de Abraham son aquellos que esperan
con gozo el retorno de Nuestro Señor Jesucristo, Tito 2: 12enseñándonos que,
renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo
sobria, justa y piadosamente, 13aguardando la esperanza
bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador
Jesucristo.
3.
ABRAHAM CIRCUNSIDÓ A SU HIJO
Hech. 7: 8Y le dio el pacto de la
circuncisión; y así Abraham engendró a Isaac, y le circuncidó al octavo día.
Aquí
podemos ver que una de las obras de Abraham es que circuncidó a su hijo,
y recordemos que circuncidar al octavo día a su hijo, lo ingresaba a la
comunidad del pueblo de Dios, la circuncisión era un pacto de santidad. Hoy en
día la circuncisión a nuestros hijos no es la del prepucio de la carne, sino la
del corazón. Esto nos habla que todos los padres que somos hijos de Abraham por
sobre todas las cosas guiamos a nuestros hijos a los pies de Jesucristo. Que
triste sería que todos se salvaran por nuestro evangelismo, y que nuestros
hijos amados estén fuera de la gracia salvadora. Es como que Noé hubiese
introducido a todos los vecinos al arca y sus hijos hubiesen quedado fuera de
ella. La bendición más grande de Noé fue ver como por el trabajo de discipulado
y testimonio de Noé, los hijos le creyeron al papá y entraron al arca de
salvación. Si eres hijo de Abraham circuncida a tus hijos para que no se
vuelvan inmundos.
4.
ABRAHAM
DERROTA REYES
Heb. 7:
1 1Porque este
Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a
Abraham que volvía de la derrota de los reyes.
Según el
libro de génesis, Abraham derrotó a cuatro reyes guerreros, diestros en
la guerra, con sus ejércitos comandados por Quedorlaomer, con solo los siervos
nacidos en su casa, esto fue un milagro, probando Dios desde las primeras
páginas de la Biblia que no es con espada ni con ejércitos sino con su Santo
Espíritu. Los verdaderos hijos de Abraham nos enfrentamos a reyes que quieren
conquistarnos cada día, esclavizarnos y someternos para que seamos siervos del
pecado, de la maldad de la injusticia y reino de las tinieblas. Y los vencemos,
no por nuestra capacidad, destreza o fuerza, sino con el poder del Espíritu
Santo.
5.
ABRAHAM
DIO EL DIEZMO DE TODO
Heb. 7: 1Porque este
Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a
Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo, 2a
quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo.
Algo que
hacemos todos los que somos hijos de Abraham es diezmar. Ya que entendemos que
de todas las ganancias que recibimos el diez por ciento no nos corresponde sino
que es de Dios. Y que si nos quedamos con ese dinero nos convertimos en
ladrones, Mal. 3: 8¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis:
¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. 9Malditos
sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. 10Traed
todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en
esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos,
y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. 11Reprenderé
también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni
vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos.
El diezmo
es utilizado para que los ministerios primarios los tomen para su sustento,
Num. 18: 21Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por
heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del
tabernáculo de reunión. 1 Cor. 9: 14Así también ordenó el Señor a
los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.
6.
ABRAHAM
ERA OBEDIENTE A DIOS
Heb. 11:
8Por la fe
Abraham, siendo llamado, obedeció…
Algo que
debemos entender los hijos de Abraham es que Dios demanda de nosotros
obediencia, 1 Sam. 15: 22Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos
y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el
obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de
los carneros.
De que
sirve presentar a Dios una serie de sacrificios en el altar si nuestro corazón
no es obediente a su palabra, recordemos que luzbel era adorador, predicador de
verdades, poderoso, sabio, etc. Pero era un rebelde. Es mejor ser como
Jesús que era predicador, poderoso, adorador, etc. Pero ante todo era agradable
al Padre por la obediencia.
7.
ABRAHAM
ESPERABA LA JERUSALEM CELESTIAL
Heb 11: Por la fe habitó como extranjero en la tierra
prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob,
coherederos de la misma promesa; 10porque esperaba la ciudad que
tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.
Recordemos
que Abraham era un hombre que Dios había enriquecido con suficientes bienes
materiales, que el pudo construir no digamos un gran palacio donde morar, sino
hasta una gran ciudad de la cantidad de bienes que poseía. Pero no lo hizo así,
sin que vivó en tiendas de campaña compaña dando a entender al mundo que lo
veía que el o era de la tierra, y que esperaba algún día partir y regresar a la
Jerusalén de arriba, de donde era su ciudadanía, por eso los que somos hijos de
Abraham disfrutamos nuestra estancia en la tierra pero como peregrinos, no
aferrándonos a las cosas materiales que son temporales y perecederas, pues
aguardamos ansiosamente algún día llegar a esa ciudad celeste la nueva
Jerusalén. Fil. 3: 20Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al
Salvador, al Señor Jesucristo; 21el cual transformará el cuerpo de
la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por
el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas. 1 tes.
4: 16Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y
con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán
primero. 17Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado,
seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en
el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
8. ABRAHAM OFRECIÓ A SU HIJO
Heb. 11:
17Por la fe
Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac.
Que
preciosas lección la de nuestro padre Abraham, al ofrecerle a Dios lo que más
amaba, a su hijo, el que amaba y había cuidado con tanto amor, por eso Abraham
fue agradable a Dios porque no e negó nunca nada a Dios, todo lo que le pedía
se lo ofrecía como el tiempo, el dinero, sus fuerzas, y hasta su familia.
Probando Abraham que para él no había nada, ni nadie más importante que su
Señor y Dios. Los hijos de Abraham amamos a Dios por sobre todas las cosas y no
hacemos de la familia, trabajo, dinero, tiempo, nación, etc. Nada más
importante que nuestro amado salvador Jesucristo.
9.
ABRAHAM
EXPULSO LAS OBRAS DE LA CARNE
Gal 4: 29Pero como
entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según
el Espíritu, así también ahora. 30Mas ¿qué dice la Escritura ? Echa
fuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el
hijo de la libre.
Todos sabemos que Abraham cometió un error garrafal al haber oído la
suplica de su mujer, y haber procreado un hijo de Agar, la esclava de Sara. Con
ella procreó un hijo llamado Ismael. Este representa las obras de la carne, es
decir, todo lo que hacemos sin la guianza del Espíritu y fuera de la voluntad
de Dios. Sin embargo Abraham tubo la capacidad de rectificar y seguir las
instrucciones de Dios de erradicar de su casa a Ismael, por eso nosotros
debemos despojarnos de las obras de la carne, de los ”ismaeles” que llevamos
dentro, y sin ninguna excusa expulsarlos porque somos hijos de Abraham. Las
obras d la carne son: Gal. 5: 19Y manifiestas son las obras de la
carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 20idolatría,
hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones,
herejías, 21envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas
semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho
antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Todo
esto debemos expulsar de nuestras vidas, hogares, congregaciones, trabajos y
ministerios.
10.
ABRAHAM ENGENDRÓ A ISAAC
Hech. 7:
8 y así Abraham engendró a Isaac.
Isaac significa risa, alegría o danza. Es por tal motivo que los hijos
de Abraham verdaderos, no dependen de las circunstancias de alrededor para
estar alegres, siempre estamos gozosos, como Pablo y Silas pese a que estaban
en prisión injustamente, azotados por predicar el evangelio; no dejan de
cantar, de albar a Dios, porque nuestro gozo es eterno.
Concluyamos
que todos los que somos hijos de Abraham por la fe, tenemos estas obras que
narra el nuevo testamento, más las que podamos extractar a la luz del Espíritu
en el libro de Génesis.
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